La primera gran gira con la que nos
ha recibido el 2014 tenía ingredientes de sobra como para haber
atravesado la península de manera triunfal, llenado pabellones y
dejando suspiros de admiración a su paso. Por desgracia vivimos días
grises, en los que el tono agridulce parece acabar arrejuntándose
con todo lo que antaño parecía intocable. Comencemos con esta
perspectiva por tanto, relatando lo acontecido en la velada
pamplonica, una noche que no se conformaría con dejarnos
crepusculares análisis,sino que también serviría para contemplar a
un conjunto en batalla directa contra su propia madurez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario