Reviviendo
nuestros alegres años mozos, llegaríamos hasta la Santana 27 el
pasado 18 de Octubre. Tocaba reencontrarse con unos viejos conocidos
de nuestra quinta, otros que han ido cambiando a medida que pasaban
los años, probando cosas y tomando riesgos al tiempo que se iban
haciendo mayores. Al finalizar la velada, el mencionado bonito
recuerdo sería todo lo que nos tendríamos que llevar para casa. Lo
único que nos llevaríamos intacto, tras un más que cuestionable
espectáculo.
Sin adelantar un
solo apunte, acerca de lo que nos iban a ofertar los cabezas de
cartel de la noche, comenzaremos señalando hacía la buena entrada
que luciría la sala, desde primera hora de la tarde. Mucha más
gente de lo que nos esperábamos, rodeando la Santana 27 para
generar el clásico ambiente de colegueo metálico, que tanto
disfrutamos los aficionados veteranos. La clase de cita perfecta,
para toparte con viejos conocidos con los que hace mil que no
coincides.
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