Cual apisonadora
implacable se abatirían sobre el Antzoki los Overkill, con la misma
falta de consideración, con la que un gigantesco abusón apalearía
niños indefensos. De esta manera tan expeditiva, recibiríamos la
del pulpo a manos de la vieja bestia golpeadora de New Jersey, sin
trinchera tras la que parapetarnos, ni burladero desde el que
esquivar las cornadas. El impacto, por tanto, sería directo, certero
e inevitable, sin cortapisas ni justificaciones sesudas que lo
sustentasen, como una demoledora azotaina de Thash Metal flamígero,
infringido en nuestras mismas narices.
Antes de que nos
atropellasen, sin embargo, tendríamos tiempo para ir cogiendo el
tono con el ramillete de teloneros que la gira proponía. En primer
lugar, con la única misión de cumplir el expediente, y sin
demasiadas posibilidades de brillar entre el plantel estelar
programado, aparecerían los tejanos Darkology. Saldrían antes de lo
que estaba previsto en un primer momento, con mucha gente aún por
las inmediaciones y sin demasiadas oportunidades como para que su
comparecencia pasase del mero tramite. Terminarían con una
desangelada versión del "Mob Rules" de Sabbath, tan
desangelada como la impresión que dejarían flotando sobre el
Antzoki.
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