De las cenizas
mismas del añorado Madrid Is The Dark, ha nacido con fuerza este
febrero el festival End Of The Third Day, dispuesto para
devolver a los Doomsters, lo que hace casi tres años creyeron
perdido para siempre. Una fecha única y exclusiva, en la que los
géneros más pesados tienen un papel protagonista, y las propuestas
aventureras, encuentran una digna plataforma desde la que
amplificarse. La clase de iniciativas que marcan la diferencia por
tanto, esas que son verdaderamente dignas de ser contadas.
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